3 Ejemplos de violencia de género durante la adolescencia

La violencia de género es un problema que afecta a personas de todos los orígenes y edades; incluso a los adolescentes quienes, de hecho, son uno de los grupos más vulnerables a sus afectaciones.

Por eso, en este artículo te vamos a dar consejos que te ayudarán a identificar si tu hijo/a sufre de violencia de género y te diremos qué medidas puedes llevar a cabo para prevenirla y enfrentarla.

¿Qué es la violencia de género?

De acuerdo con la ONU Mujeres, cuando se habla de violencia de género, hacemos referencia a aquellas acciones violentas o abusivas que se cometen contra una persona (sea hombre o mujer), o grupo de personas debido a su género.

Estas acciones se derivan de la desigualdad de género, el abuso de poder y aquellas normas que refuerzan dichas diferencias. Y, aunque las mujeres son las principales víctimas de la violencia de género, los hombres no están exentos de enfrentarla.

Según la Unicef, en México, 6 de cada 10 mujeres adolescentes han enfrentado al menos un acto de violencia, puede ser emocional, física, sexual o económica.

Algunos de los comportamientos más comunes de la violencia de género son:

• Violencia física
• Violencia sexual
• Violencia psicológica
• Violencia económica
• Violencia verbal

Desafortunadamente, la violencia de género puede ocurrir en cualquier contexto, ya sea en el hogar, en el trabajo, en la comunidad o en la escuela, y puede tener consecuencias serias para la salud física y mental de las víctimas si no se detecta a tiempo.

¿Cómo prevenir la violencia de género en la adolescencia?

La adolescencia es una etapa clave en el desarrollo de los y las jóvenes, por lo que sufrir violencia de género puede tener un impacto profundo y duradero en sus vidas.

Como padre o madre juegas un papel fundamental en la prevención de la violencia de género entre los adolescentes. 

Una de las cosas más importantes que puedes hacer es hablar con tu hijo/a sobre las relaciones sanas y la importancia del respeto, la confianza y la comunicación. 

Esto lo debes reforzar con tus propias relaciones; recuerda que eres el ejemplo más directo que tiene tu adolescente. Así que asegúrate de demostrar afecto, compromiso y escucha mutua en tus relaciones. 

También es importante adoptar un estilo de crianza equilibrado, que te permita establecer límites claros, enfatizando la confianza y respeto; así como estar pendiente de la actividad de tu hijo o hija en redes sociales y otros canales digitales.

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¿Cómo identificar la violencia de género en adolescentes?

Identificar la violencia de género puede ser difícil, ya que quienes la enfrentan suelen negarse a hablar; y esto puede ser doblemente complicado con los y las adolescentes, pues durante esta etapa lo último que quieren es compartir su sentir y que te involucres en su vida.

Sin embargo, hay algunas señales que te ayudarán a identificar si tu hijo/a sufre de violencia de género; por ejemplo:

• Lesiones físicas, como moretones, cortes o lesiones internas.

• Cambios repentinos de humor

• Problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o estrés.

• Bajo rendimiento académico, derivado de la falta de concentración y angustia emocional.

• Aislamiento social, como consecuencia de la vergüenza, el miedo y la falta de confianza en los demás.

• Resistencia a hablar de sus relaciones

Sin embargo, los y las jóvenes que enfrentan esta situación también pueden mostrar mayor tendencia a adoptar conductas de riesgo, como el consumo de sustancias nocivas.

Ejemplos de violencia de género en adolescentes

Las formas más comunes de violencia de género que afectan a los y las adolescentes son:

1. Violencia en el noviazgo

Puede ser abuso físico, sexual o emocional dentro de una relación romántica.

Un ejemplo particular es el control excesivo de los movimientos de la pareja, donde una de las partes del noviazgo revisa los mensajes de texto y correos electrónicos, y se pone celoso/a cuando su pareja habla o interactúa con otras personas.

2. Acoso

Puede incluir abuso físico o verbal, exclusión social o virtual, a través de medios digitales. 

El bullying verbal puede incluir insultos, humillación, amenazas y acoso; mientras que en el bullying físico estamos hablando de empujones, bofetadas, puñetazos, pellizcos, patadas y otras formas de violencia física pueden ocurrir en relaciones adolescentes abusivas. 

3. Acoso sexual

Se da a través de insinuaciones, comentarios o gestos sexuales no deseados. Puede darse dentro o fuera del entorno escolar, y el agresor puede ser de la misma comunidad (sean compañeros de clase o profesores); por eso es importante que te mantengas al tanto de las señales que te mencionamos anteriormente. 

¿Qué hacer si tu hijo/a sufre violencia de género?

Si notas que tu hijo o hija sufre de violencia de género, es importante que le ofrezcas apoyo y recursos, y busques apoyo emocional y asesoramiento en manejo de crisis para tu hijo/a.

Dependiendo de los actos que identifiques, deberás llamar a la policía, servicios de emergencia, e incluso, a un abogado. Luego, asegúrate de que tu hijo o hija esté a salvo, platica con él o ella y escucha sus preocupaciones o miedos. 

La violencia de género atenta contra los derechos humanos y puede tener consecuencias serias y a largo plazo en los y las adolescentes. 

Sin embargo, establecer comunicación constante con tu hijo/a y mantenerte al tanto de sus comportamientos, te ayudará a identificar si está sufriendo violencia de género y esto, a su vez, te permitirá actuar a tiempo y de manera adecuada. 

Aunado a esto, el apoyo que recibas por parte de la institución donde estudie, así como de sus docentes, será clave para evitar que enfrente este tipo de actos y tenga un desarrollo pleno durante su adolescencia. 

En el Tecnológico de Monterrey, nos enfocamos en prevenir la violencia de género y crear un ambiente seguro para nuestros estudiantes. Asimismo, nos dedicamos a educarlos acerca de la importancia de establecer relaciones saludables, y a fomentar la inclusión y el respeto hacia la diversidad. 

Estamos convencidos de que trabajando juntos, podemos marcar la diferencia en la prevención de la violencia de género apoyando a los padres de familia.